domingo, 8 de agosto de 2010

LA VIDA


La vida es un suspiro que va, lentamente,
llenando nuestra existencia.
Hay que beberla calmadamente
para deleitarla como si fuera vino añejo.
¡Conocerla! Para conocer todos sus rincones
y sabores de agua y viento.
Mirarla detenidamente para no olvidarla
y recordarla como credo en los labios.
¡Saborearla! Para saber qué es lo amargo-
agridulce, como aquel que no se saboreó jamás
y por último, dejar el sabor dulce
guardado en los pensamientos.
Tocar la vida, es saber lo áspero
y lo suave que nos brinda
para entenderla y seguir estos pasos.
Oír su voz palpitando en nuestros corazones,
para memorar la alegría en miles de girasoles.
Bailar con ella para nunca olvidarla
y dejar nuestras marcas
en las pisadas de quienes vendrán más adelante,
para continuar bailando y recitando su nombre
tejido en miles de sonetos.